Con la llegada de los hijos, muchas veces vamos dejando nuestras necesidades a segundo plano, asumimos el rol de super mamá todo terreno y se nos olvida que cuidar a los demás también es cuidarnos de nosotras y que nuestra salud (física y mental) y bienestar son tan importantes como la protección que damos a nuestros hijos.
Sin embargo la salud mental es algo de lo que no se habla con mucha frecuencia, se esconde, se silencía porque todavía lo asociamos con ser débiles, porque nos avergüenza admitirlo…porque no queremos ser juzgadas o etiquetadas. Pero cada vez somos más las que nos permitimos trabajar en nosotros, en reconocer que no es sano ese peso que venimos cargando, que nos permitimos fallar, sentir, llorar…sobre todo que aprendemos a soltar, pedir apoyo y trabajar en nuestras luchas internas.
Pero lo cierto es, que todo lo que cargamos, lo que sentimos, no nos define como personas ni como madres. Puedes ser una buena madre aun y cuando estás aprendiendo a hacer renuncias, a hacerte tu prioridad (digan lo que digan) y sobre todo mientras te estás reconstruyendo y sanando. #estoesloquehay#momwithsign
Deja una respuesta