#MamáTambiénLee | Mil Soles Espléndidos

“Somos como esas murallas, maltrechas y no demasiado bonitas, pero seguimos en pie”
Khaled Hosseini. Mil Soles Espléndidos

Mil Soles Espléndidos, escrito por Khaled Hosseini nos trae una historia desarrollada en Afganistán y nos muestra la evolución de la vida de las mujeres en ese país a través de los personajes de Mariam y Laila; Por un lado tenemos Mariam, hija ilegítima entre un hombre poderoso y su sirvienta, lo que la lleva a vivir en una casa aislada, en donde crece queriendo a su padre quien la entrega en matrimonio con un viudo mayor que ella y con quien poco a poco su situación empeora. Por otro tenemos a Laila quien creció en una familia liberal pero vemos como su realidad se va transformando ante un país mucho más fundamentalista y como su vida se va entrelazando con la de Mariam.

¿Recomiendo este libro? Por supuesto que si. Este es no fue mi primer acercamiento al autor ya que también leí Cometas en el Cielo…..(lectura obligada con pañuelo en mano). Este es un libro en el cual sufres con los personajes, te metes en su piel, yo todavía tengo el corazón hecho pasita y te voy a confesar que pasaba de la tristeza, al enojo y después a la impotencia… Lloré y lloré y lloré mucho…. pero también te deja grandes aprendizajes…empezando a entender como es la situación de la mujer actual en aquellos países para tener mucho más respeto y empatía por mujeres que no han tenido las mismas condiciones y libertades que nosotras.

«El matrimonio puede esperar; la educación no«
«Una sociedad no tiene la menor posibilidad de éxito si sus mujeres no reciben educación…»
“Que horror de guerra. Y cuanto daño y destrucción ocasionados para que nada cambie sino para peor.”
«Tal vez sea ése el castigo reservado a los duros de corazón: comprenderlo todo cuando ya nada se puede hacer»
«Para mi, todo acaba aquí. No anhelo nada más. Todo lo que deseaba de niña tú me lo has dado ya. Tú y tus hijos que me habéis hecho muy feliz. Todo está bien, Laila yo. No te preocupes ni te entristezcas…»
«Sin embargo, cuando cerró los ojos, ya no pensó en lamentarse, sino que se sintió invadida por una sensación de paz completa»