#MaternidadHonesta. Escribo lo que necesito oir para normalizar el lado vulnerable, caótico y real de la maternidad para que sepas que no estás sola. Me río de lo cotidiano, abrazo mi imperfección. Amo a mis hijos, leer, el café y el vino.
Hace algunas semanas mientras terminaba de acondicionar el cuarto de mis hijos para el regreso a clases, le comenté a mi marido que nuestro siguiente proyecto debía ser mi área de trabajo; Un espacio acogedor y muy mío, que estuviera destinado a sentirme un poco más productiva. Decirle adiós a mi peregrinar entre cuarto y cuarto y tener en donde pasar mis ratos leyendo, creando y desarrollando mis ideas.
Y es que aunque tenemos un poco más de 10 años que llegamos a esta casa, somos nosotros quienes poco a poco, a nuestro ritmo, con nuestras prioridades económicas y el tiempo disponible, hemos puesto bonito nuestro hogar. Así que nos pusimos manos a la obra, le platiqué a mi esposo la idea que tenía en mente y entre dibujos y garabatos en papel, botes de pintura, madera, tornillos, sierras y cinta de medir todo fluyo…y hoy vengo en modo pavorreal a enseñar el pequeño gran logro de nuestro equipo (el y yo).
Así es el amor, el que se ve en los detalles cotidianos, el día a día al poner atención a las necesidades de tu pareja y en el apoyo de sus sueños. Sí. El matrimonio es un vínculo entre dos personas que nadie más entiende. Es elegir a tu compañero de equipo y comprometerte a trabajar día a día y construir algo (literal y metafóricamente), por el resto de tu vida.
Deja una respuesta