Hoy se cumplen 4 meses, 4 días de estar en casa. Llegó el verano, los días me parecen eternos y confieso me siento un poco ahogada en la frustración.
Hoy es uno de esos días en los que realmente intenté mantenerme motivada y en paz: me subí la moral yo solita, me arreglé, usé ese vestido de colores alegres que tanto me gusta y fluí…pero así de “porrazo”, sin avisarme, sin pedirme permiso la tristeza llegó a darme el bajón.
Tengo salud, armonía en mi hogar, una familia unida, motivación para mis proyectos, comida y techo…no tengo excusa para quedarme ahí, pero ¡que carajos así me siento, estoy triste! Siento la necesidad de descansar, de escribir y llorar…que todo esto acabe, dejar de tener miedo y dejar de extrañar.
Hoy fue uno de esos días para mi, no siempre puedo controlar el tiempo, lo que pasa a mi alrededor, ni como me siento. Quizá son los días calurosos, quizá mi próximo cumpleaños, mis hormonas a mil o los días de encierro…pero aquí estoy contándoles esto porque no solo se comparte lo lindo…Soy imperfecta y
mis emociones son reales.
(Mañana se me pasa, las abrazo)

Aveces los días grises también tienen su encanto. 😊
Yo trato de verlo de esta manera: esos días tristes en que ni nosotras nos soportamos, sirven para hacer una introspección de cuánto hemos avanzado, y que la tristeza inesperada, nos ayuda a tener una pausa para permitirnos sentir, teniendo la seguridad de que sí, mañana se nos pasa. Muchas gracias por todo su contenido, me inspira mucho.
Me gustaMe gusta