Como mamás, pasamos gran parte de nuestros días haciendo malabares con la organización de la casa, nuestra familia, trabajo y aunque la lista de tareas se vuelve interminable, siempre intentamos estar ahí, hacerlo todo, manteniendo el equilibrio y cuando finalmente tenemos tiempo para nosotras, ¿qué hacemos? ¿realmente nos damos tiempo? …Y es que a veces cuando nos convertimos en mamás, nos olvidamos de lo importante que es tomarnos tiempo para hacernos prioridad, desconectarnos o para dedicarnos a algo que sea “mommy free”: Llega esa voz interior que no deja de decirnos que somos unas egoístas y no tenemos derecho de anteponer nuestra autoestima, intereses y necesidades a la rutina y la familia…entonces nos llenamos de culpa por querer estar solas, por estar lejos de la familia, culpa por descuidar a nuestra pareja, nuestra casa o a nuestros niños.
Y para muchos sí, puede resultar egoísta, pero tenemos que pensar que aunque ser mamá es un trabajo increíblemente hermoso e importante, no debe ser todo lo que nos defina y no nos hace malas madres tener el derecho de perseguir nuestros sueños, nuestras metas, retomar hábitos y aficiones y darnos permiso de reencontrarnos con nosotros mismos en la forma en la que lo necesitemos: estar sola, ir a correr, tomar una clase, leer, formar un club, hornear, escribir, crear…o lo que sea que nos traiga paz y nos haga brillar.
Enseñemos a nuestros hijos la importancia de tomarnos tiempo para nosotros mismos. Hagamos de nuestras necesidades una prioridad sin sentirnos culpables porque seamos honestas, el tiempo que dediquemos a nosotros, nos dará el poder para ser mejores en todos los roles que desempeñemos: Una mamá que no es feliz, que no tiene su “tanque” recargado de seguridad, autoestima, satisfacción y bienestar difícilmente podrá transmitirlo a sus hijos.
María Moctezuma #MamáBloguera
Solo una mamá imperfecta y real.
Deja una respuesta